Informa, Pepe Bermejo
Tiempo: soleado
Entrada: media plaza
Ganadería: Conde de la Maza. Toros bien presentados, bravos en el caballo, de comportamiento duro e incómodo.
Rafaelillo: ovación y ovación
Luís Vilches: silencio y ovación
Joselillo: ovación y silencio
Rafaelillo: como es costumbre en el torero murciano se la jugó sin reservas. En su primero robó algunos muletazos por el pitón izquierdo a un toro que estaba, como dicen los mexicanos, agarrado al suelo. Le aguantó las miradas a las femorales sin inmutarse, y ante las cortas embestidas le mató de entera en buen sitio.
A su segundo le recibió a porta gayola, que fue eterna, no apta ni para cardíacos ni para no cardíacos. “Albardonerito”, que así se llamaba el bicho, sólo le faltaba una albarda (objeto que utiliza el animal caballar). En el capote ya se frenaba, y así continuó durante toda la lidia, dando arreones y no rematando el viaje, defendiéndose y ciñéndose en las embestidas. Rafa le mató de dos pinchazos y estocada. Resaltar a José Mora y Pascual Mellinas por su actuación en banderillas, sobre todo a Pascual Mellinas por el quite prodigioso al picador de Joselillo tras ser derribado en el sexto toro.
Luís Vilches: tras ocho meses de inactividad no se notó en Vilches secuelas de la grave cornada sufrida en Cenicientos. El de Utrera en su primero, que tras empujar en el caballo se vació en el mismo, llegando a la muleta con medias embestidas sin emplearse y con la cara alta. Finalizó la faena en tablas.
A su segundo (el mejor del encierro) la espada le jugó una mala pasada. Hubiese tocado pelo de haber acertado a la primera, y buena falta que le hace. De ahí esas lágrimas de rabia y coraje sabedor de lo que se le escapaba.
Joselillo: con su primero no se pudo lucir, tan sólo en el capote. El toro se acabó pronto ya que rebañaba y se defendía, aunque fue más noble que sus hermanos, tuvo emoción pero sin transmisión.
Su segundo derribó en la segunda vara y parecía otra cosa, pero igual que sus hermanos se dejó pasar por ambos pitones pero sin llegar al tendido. Joselillo lo intentó e hizo una faena muy larga. Le mató de pinchazo y estocada.
Entrada: media plaza
Ganadería: Conde de la Maza. Toros bien presentados, bravos en el caballo, de comportamiento duro e incómodo.
Rafaelillo: ovación y ovación
Luís Vilches: silencio y ovación
Joselillo: ovación y silencio
Rafaelillo: como es costumbre en el torero murciano se la jugó sin reservas. En su primero robó algunos muletazos por el pitón izquierdo a un toro que estaba, como dicen los mexicanos, agarrado al suelo. Le aguantó las miradas a las femorales sin inmutarse, y ante las cortas embestidas le mató de entera en buen sitio.
A su segundo le recibió a porta gayola, que fue eterna, no apta ni para cardíacos ni para no cardíacos. “Albardonerito”, que así se llamaba el bicho, sólo le faltaba una albarda (objeto que utiliza el animal caballar). En el capote ya se frenaba, y así continuó durante toda la lidia, dando arreones y no rematando el viaje, defendiéndose y ciñéndose en las embestidas. Rafa le mató de dos pinchazos y estocada. Resaltar a José Mora y Pascual Mellinas por su actuación en banderillas, sobre todo a Pascual Mellinas por el quite prodigioso al picador de Joselillo tras ser derribado en el sexto toro.
Luís Vilches: tras ocho meses de inactividad no se notó en Vilches secuelas de la grave cornada sufrida en Cenicientos. El de Utrera en su primero, que tras empujar en el caballo se vació en el mismo, llegando a la muleta con medias embestidas sin emplearse y con la cara alta. Finalizó la faena en tablas.
A su segundo (el mejor del encierro) la espada le jugó una mala pasada. Hubiese tocado pelo de haber acertado a la primera, y buena falta que le hace. De ahí esas lágrimas de rabia y coraje sabedor de lo que se le escapaba.
Joselillo: con su primero no se pudo lucir, tan sólo en el capote. El toro se acabó pronto ya que rebañaba y se defendía, aunque fue más noble que sus hermanos, tuvo emoción pero sin transmisión.
Su segundo derribó en la segunda vara y parecía otra cosa, pero igual que sus hermanos se dejó pasar por ambos pitones pero sin llegar al tendido. Joselillo lo intentó e hizo una faena muy larga. Le mató de pinchazo y estocada.
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