NOTICIAS MURCIA: julio 2009

Informa; P. BERMEJO - 30 - Julio - 2009
Plaza de Toros: Cehegin (Murcia)
Entrada: poco público (de los cuales 200 eran niños)
Temperatura: tarde calurosa
Ganadería: Los Ronceles, bien presentados, nobles con fijeza pero sin raza.

Canales Rivera: saludos y oreja
Alfonso Romero: oreja y saludos
Antón Cortés: palmas y saludos

Canales Rivera: su primer oponente de salida echaba las

manos por delante en el capote. Así continuó durante toda la lidia. En la muleta el toro se apagó pronto, las tandas eran muy cortas por la flojedad del morlaco, y ni tan siquiera a media altura remataba el viaje. Le mató de entera ligeramente desprendida.
En su segundo, Canales lo recibió con una larga vibrante para despertar de la merienda, pero al igual que su hermano la falta de fuerza dio al traste con todo intento de lucimiento, ni siquiera de uno en uno. El público aplaudió sus ganas y voluntad tras el arrimón final. Rivera estuvo muy por encima de sus oponentes. Le mató de pinchazo y estocada.

Alfonso Romero: con el capote se gustó tanto que pidió al picador que le diera

poquito. En banderillas resaltar un buen par de Pascual Mellinas,

cuadrando en la cara. Tras el brindis, Alfonso inició a media altura su trasteo, le entendió perfectamente dando pausas entre tanda y tanda, y todo lo que consiguió fue a base de porfiar y a la suavidad de la muñeca de Romero. Le mató de metisaca y estocada en buen sitio.
Aquí no podemos hacer bueno aquello de que no hay quinto malo, todo quedó en el saludo de capote, se picó en chiqueros y tras el tercio de banderillas se atrincheró en tablas y no hubo forma de sacarlo de allí. Romero le plantó cara en dicho terreno pero fue imposible para el toreo, debido a las medias embestidas. Un auténtico marmolillo. Alfonso estuvo muy por encima de su lote y le mató de media en buen sitio.

Antón Cortés: con el capote estuvo muy bien, remató con una media de cartel. Tras el

puyazo el toro perdió las manos y Cortés cambió el tercio. Brindó al público. Ante la flojedad del burel, Cortés le llevó a media altura, pero al final del viaje punteaba el engaño y no se confió con él, excepto en una tanda en las demás no lo consiguió templar, y no siempre estuvo bien colocado. Le mató de un pinchazo y estocada.
En el último de la tarde no hubo acople con el capote, recibió un fuerte puyazo, se pareó mal y en la muleta estuvo como en su primero, con excesivas precauciones y desconfiado. Anduvo durante toda la tarde voluntarioso. Le mató de estocada.